¿Con este discurso estamos criando a nuestros hijos?

Hace poco llegó a mi ‘timeline’ de Facebook una publicación atroz. Y no por el tema de las mornarquías (soy antimonarquías) porque cada país o reinado ve como tramita sus cosas. Sino por el discurso con el que una parte de España está educando a sus hijos y si eso realmente los pone a salvo o a merced de cualquier depredador.

 

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El caso es que el Parínemo presenta una foto de la reina abuela de España y la hija del rey con la periodista Letizia. El escándolo radicaba en que la princesa sacó de su hombro la mano de la abuela y que seguro estaba siguiendo el mal ejemplo de su madre, como lo cuentan ellos: «con qué desprecio apartabas el brazo de tu abuela, por dos veces, de tu hombro, he visto en ti a todos esos niños prepotentes, maleducados e irrespetuosos hacia las personas mayores, que hoy en día abundan en nuestra sociedad«.

Pero a mi lo que me sacó de cuadro fue el mensaje que le mandan a la niña diciendo lo siguiente: «A las personas mayores hay que respetarlas siempre, y si encima son de tu familia se las respeta más y se les demuestra un cariño que tú no has demostrado. Te diría que si esa actitud la hubiera visto yo en mis hijas, hubieran recibido un castigo, pero, gracias a Dios, mis hijas jamás se han comportado como tú y han querido, respetado y protegido a su abuela como es debido».

¡¿Juuuuaaaat????!!!!!!!! A ver, sólo porque una persona es mayor, ¿hay que dejar que te toque? O sea si tu tío con el que te sientes rara, que siempre te lleva a sus piernas, que te toca medio raro, te mira raro, no te sientes cómoda con él, te puede tocar porque a las personas mayores se las respeta.

Si el sacerdote, voz de Dios en la tierra, te dice que hay otras formas de acercarse a Dios tocándote, lo tienes que dejar -según una enquistada forma de pensar de crianza en los padres- porque, claro, al mayor se le respeta. Esa figura de autoridad con la que no te sientes cómoda o cómodo, pero que igual tienes que aceptar y dejar que te toque porque sino ven en ti a todos los males encarnados.

Tengo muchas discusiones con padres muy laxos que dejan que sus hijos hagan lo que les viene en gana sin considerar el respeto por el otro y la buena convivencia. En esas discusiones me sueltan la clásica de «son niños», «los derechos de los niños» y bla bla bla. Y es bien extraño porque son esos mismos padres que perpetuan ese discurso en sus hijos: el mayor puede tocarte, es cuestión de respeto al mayor. Aún si te incomoda o la tía no te cae bien por besucona.

¿En ese momento lo que sus hijos quieren y sienten, no importa? ¿Los derechos de lo niños tampoco? Los están dejando medio desprotegidos con este tipo de enseñanzas. Una cosa es el respeto y el otro la trasgresión de los espacios personales. Y me preocupa que ya desde muy chicos se nos enseñe que hay situaciones en las que no podemos decir que no, porque es violar una regla básica de la sociedad. ¿Qué hacen esos niños? ¿En qué momento pueden hablar sin sentir culpa?

Incluso si en el día a día un niño o niña no quiere caricias en el momento en que los padres quieren, los últimos deberían respetar los deseos de sus hijos y no trasgredir su espacio privado. Si lo hacen, más tarde estos niños ya adultos dejarán que los trasgredan  en nombre del amor.

Por si acaso (y me parece absurdo aclarar esto), no digo que todos los padres sean así, pero vean ustedes las reacciones y comentarios. Y ese es un buen grupo de personas que pueden estar educando niños.